Comenzamos subiendo San Esteve y fuimos por el Pla de la Balarma dirección Fontanars, donde a mitad de trayecto nos encontramos con unos ciclistas asustados y alarmados, y no era para menos, habían unos cuantos toros sueltos por el monte, no nos lo creíamos hasta que los vimos. Más energía que un gel, nos dio el verlos, para ponerse a pedalear.
De Fontanars, subimos el Moro, y tras discutir con Javi por donde seguir, tiramos por la Replana, una buena bajada, donde Jordi ya se fue a la suya para casa(60 km hizo en total). A nosotros nos esperaba una buena subida a los depósitos de Beneixama, para después volver a bajar a la Hidroelectrica. Después fuimos hacia la font de Patiràs, donde repusimos agua, y continuamos por una cuesta con el mismo nombre que la fuente, eso ya lo dice todo, rampas del 25 %, se levantaba la rueda delantera, infernal. De allí al Vinalopó, y otra subida infernal, la de la Font Freda, era casi imposible subir sin hacer pie. Después salimos a la carretera del camping, y dirección a la fuente de Mariola donde comimos el último mini bocata, para afrontar la última subida fuerte, las cavas. Tras la foto de rigor, nos apresuramos a bajar por que se acercaba una tormenta del copón. Bajando pincho Rafa, reparamos rápido y continuamos por los carros a toda leche para casa. El último tramo de los Carros hasta casa fue muy rápido, todo el rato a plato y cayendo ya las primeras gotas. No nos pilló la lluvia de milagro, cinco minutos más y empapados, para un día que me dejo el chubasquero en casa.
Buena salida, dura, 120 km y 2550 mts de desnivel, las piernas respondieron bien.
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En la Font Freda
En las cavas con 100 km en las piernas
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